No puedo expresar mis condolencias por ti lo suficiente, y cómo lamento mucho tu pérdida.
La decisión de tu hermano de quitarle la vida fue suya, por mucho dolor que soportó antes de que decidiera hacerlo. Y como su familia, alguien que estaba cerca de él, es comprensible que sienta alguna responsabilidad con respecto a esta tragedia.
Ahí es donde debes mirar alrededor. No eres el único que está profundamente dolido por la repentina partida de tu hermano, y estoy seguro de que no eres el único que se siente impotente, incapaz de salvarlo. Otros miembros de la familia, estos son los que deben hablar. Podrías compartir tus pensamientos y sentimientos acerca de tu hermano con ellos, con suerte consolando y fortaleciendo los sentimientos de los demás. Todos ustedes han sido golpeados con fuerza, y este es el momento en el que deben amontonarse.
Si hablar con los miembros de la familia aún le duele profundamente, puede comenzar abriendo su corazón a aquellos que realmente se preocupan por usted: amigos cercanos o tal vez amantes. Diles lo que sientes, no pidas soluciones. Solo deja que esa carga pesada dentro de tu pecho fluya hacia afuera. Con suerte, estos seres cercanos pueden hacer que te sientas amado, y hacerte saber que todavía tienes que seguir viviendo.
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No te encierres, no dejes que ese sentimiento de culpa te ahogue.
Si recuerdas a tu hermano, sugiero que no dejes que los recuerdos de su trágica pérdida dominen tu mente. Recuerda los buenos tiempos, recuerda sus buenas cualidades. ¿Tenía un hobby? ¿Tuvo alguna caridad que le gustara hacer? Si no pudiera seguir haciéndolo, tal vez usted pueda asumir sus buenos legados y hacer que las personas que lo conocieron lo recuerden de buena manera.
No te sientas culpable de vivir. Aún te esperan grandes cosas en el futuro, y aquellos que aún se preocupan por ti. Tienes que vivir al máximo.
Rezo por tu fuerza. Buena suerte.