Es sentirse robado, vulnerable y sentirse completamente solo, incluso abandonado. Lo más doloroso es la cruel brusquedad de la pérdida cataclísmica de todo lo que me amó, me protegió, me proporcionó, me guió y luego, la cruda realidad de no tener a mi papá o a mi mamá, no tener padres.
La tercera parte de su pregunta me hace detenerme y considerar, ya que no he pensado mucho en ese aspecto. Quizás lo menos triste fue descubrir mi autosuficiencia, aunque lentamente. Pero, aprendí a no vivir en desventaja.