¿Alguna vez has sentido que fuiste intimidado por otros?

¡Sí! Siempre me resulta difícil tratar con personas que son intimidantes. Me gusta hacer amigos y hacer preguntas, pero cuando estas personas estaban cerca, mi confianza retrocedía un paso.

Pero a pesar de que me siento intimidada con su presencia, todavía les miraría a los ojos con humildad y les diría lo que realmente quería.

Un mentor mío dijo una vez que aquellas personas que parecen estrictas e intimidatorias en su mayoría tienen mucho que compartir y experiencias que aprender.

En mi opinión, estamos rodeados de mucha presencia misteriosa. Presencia que fueron financiados por diferentes fundamentos de la historia y la emoción.

Por eso, aunque puede ser difícil lidiar con ellos, todavía encuentro mi camino para enfrentarlos con una sonrisa.

Pueden demandarme en sus mentes y en sus miradas, ¡pero no me importa!

¿Por qué? Porque quería mostrarles que valgo una mirada, no de intimidación sino de alguien a quien pueden transmitir o en quien confiar.