Dígale a su amigo la verdad, que fingió llorar, y luego desafíese a decirle a su amigo la verdad más difícil: por qué lo hizo. Tu amigo puede sentirse falto de respeto o emocionalmente sacudido por tu engaño, así que prepárate para disculparte.
La honestidad no siempre es fácil, pero es la base de todas las buenas relaciones (incluida la que mantenemos con nosotros mismos). Podemos aprender mucho sobre nosotros mismos observando aquellas situaciones en las que nos sentimos tentados a mentir, o en realidad lo hemos hecho. A menudo, estos implican el deseo de ser una buena persona, complacer a los demás, sentirse competentes y / o evitar conflictos. La honestidad es un camino hacia estos objetivos, no un obstáculo.