La mayoría de los hombres, en mi experiencia, odian la persecución. Simplemente lo hacemos porque parece que a las mujeres les gusta ser perseguidas; los hace sentir especiales Y nos responsabilizamos de ello por la misma razón.
Pero no puedo soportarlo. Por eso no salgo. Simplemente seduzco y llego a la parte divertida tan rápido como puedo.