Tiene que ver con el bucle de retroalimentación. Ya sea que estemos hablando con un individuo o un grupo, es una buena idea verificar la comprensión (preguntando, por ejemplo, “¿Eso tiene sentido?”). Un buen oyente hará esto asintiendo o reconociendo lo que estamos diciendo con interjecciones como “correcto” o “continúa”. Esto completa el ciclo de retroalimentación, y nos sentimos comprendidos. Cuanto más sucede esto, más nos sentimos comprendidos en el sentido más amplio, como lo que sentimos por un amigo.
Sentirse comprensible solo significa que hemos revisado nuestro mensaje en busca de contenido y claridad y no hemos encontrado nada que pudiera confundir a nuestra audiencia. Todavía no hemos probado el mensaje, pero sentimos que nos conectaremos.