La ira es una emoción humana completamente normal, generalmente saludable. Pero cuando se sale de control y se vuelve destructivo, puede llevar a problemas: problemas en el trabajo, en sus relaciones personales y en la calidad general de su vida.
Relajación
Las herramientas simples de relajación, como la respiración profunda y las imágenes relajadas, pueden ayudar a calmar los sentimientos de enojo. Hay libros y cursos que pueden enseñarte técnicas de relajación, y una vez que aprendes las técnicas, puedes recurrir a ellas en cualquier situación. Si está involucrado en una relación en la que ambos miembros de la pareja son de mal genio, podría ser una buena idea que ambos aprendan estas técnicas.
Algunos pasos simples que puedes probar:
Respira profundamente, desde tu diafragma; respirar desde tu pecho no te relajará. Imagina tu aliento saliendo de tu “tripa”. Repita lentamente una palabra o frase tranquila como “relájese”, “tómelo con calma”. Repítelo para ti mismo mientras respiras profundamente. Usa las imágenes; Visualice una experiencia relajante, ya sea desde su memoria o su imaginación. Los ejercicios lentos y no estresantes, como el yoga, pueden relajar los músculos y hacer que se sienta mucho más tranquilo.
Practica estas técnicas a diario. Aprende a usarlos automáticamente cuando estás en una situación tensa.
Resolución de problemas
A veces, nuestra ira y frustración son causadas por problemas muy reales e ineludibles en nuestras vidas. No toda la ira está fuera de lugar, y con frecuencia es una respuesta saludable y natural a estas dificultades. También existe la creencia cultural de que cada problema tiene una solución, y se suma a nuestra frustración al descubrir que no siempre es así. La mejor actitud para llevar a una situación así, entonces, no es centrarse en encontrar la solución, sino en cómo manejar y enfrentar el problema.
Haz un plan y revisa tu progreso en el camino. Decide dar lo mejor de ti, pero también no castigarte si la respuesta no llega de inmediato. Si puede enfocarlo con sus mejores intenciones y esfuerzos y hacer un serio intento de enfrentarlo de frente, será menos probable que pierda la paciencia y caiga en el pensamiento de todo o nada, incluso si el problema no se resuelve correctamente. lejos.
Mejor comunicación
Las personas enojadas tienden a saltar y actuar sobre las conclusiones, y algunas de esas conclusiones pueden ser muy imprecisas. Lo primero que debe hacer si está en una discusión acalorada es reducir la velocidad y pensar detenidamente sus respuestas. No diga lo primero que le viene a la cabeza, disminuya la velocidad y piense detenidamente lo que quiere decir. Al mismo tiempo, escuche atentamente lo que la otra persona está diciendo y tómese su tiempo antes de responder.
Escucha, también, lo que subyace a la ira. Por ejemplo, te gusta cierta libertad y espacio personal, y tu “pareja significativa” quiere más conexión y cercanía. Si él o ella comienza a quejarse de sus actividades, no tome represalias pintando a su compañero como un carcelero, un alcaide o un albatros alrededor de su cuello.
Es natural ponerse a la defensiva cuando se le critica, pero no se defienda. En su lugar, escuche lo que subyace en las palabras: el mensaje de que esta persona puede sentirse desatendida y no querida. Es posible que requiera un montón de preguntas por parte de los pacientes y que requiera un poco de espacio para respirar, pero no permita que su ira, o la de su compañero, deje que una discusión salga de control. Mantener la calma puede evitar que la situación se vuelva desastrosa.
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Usando el humor
El “humor tonto” puede ayudar a calmar la ira de varias maneras. Por un lado, puede ayudarlo a obtener una perspectiva más equilibrada. Cuando te enojas y le pones a alguien un nombre o te refieres a una frase imaginativa, detente e imagina cómo se vería esa palabra literalmente. Si estás en el trabajo y piensas que un compañero de trabajo es una “bolsa de basura” o una “forma de vida de una sola célula”, por ejemplo, imagina una bolsa grande llena de tierra (o una ameba) sentada en el escritorio de tu colega, hablando El teléfono, yendo a reuniones. Haga esto cada vez que un nombre llegue a su cabeza acerca de otra persona. Si puede, haga un dibujo de cómo podría verse la cosa real. Esto te quitará mucha ventaja a tu furia; y siempre se puede confiar en el humor para ayudar a desentrañar una situación tensa.
Cuando sientas ese impulso, imagínate a ti mismo como un dios o una diosa, un gobernante supremo, dueño de las calles y las tiendas y el espacio de la oficina, caminando solo y abriéndote camino en todas las situaciones, mientras que otros se inclinan por ti. Cuantos más detalles puedas obtener en tus escenas imaginarias, más posibilidades tendrás de darte cuenta de que quizás estés siendo irrazonable; También te darás cuenta de lo poco importantes que son las cosas por las que estás enojado. Hay dos precauciones en el uso del humor. Primero, no intentes simplemente “reírte” de tus problemas; más bien, usa el humor para ayudarte a enfrentarlos de manera más constructiva. Segundo, no te rindas al humor áspero y sarcástico; eso es solo otra forma de expresión de enojo poco saludable.
Lo que estas técnicas tienen en común es una negativa a tomarse demasiado en serio. La ira es una emoción seria, pero a menudo se acompaña de ideas que, si se examinan, pueden hacerte reír.
Cambiando su entorno
A veces, nuestro entorno inmediato es el que nos causa irritación y furia. Los problemas y las responsabilidades pueden afectarle y hacer que se sienta enojado por la “trampa” en la que parece haber caído y todas las personas y las cosas que forman esa trampa.
Date un descanso. Asegúrese de tener un “tiempo personal” programado para las horas del día que sabe que son particularmente estresantes. Un ejemplo es la madre trabajadora que tiene la regla de que cuando regrese a casa del trabajo, durante los primeros 15 minutos “nadie habla con mamá a menos que la casa esté en llamas”. Después de este breve momento de silencio, se siente mejor preparada para manejar las demandas de sus hijos sin explotarlas.
Si siente que su ira está realmente fuera de control, si está teniendo un impacto en sus relaciones y en partes importantes de su vida, podría considerar la asesoría para aprender cómo manejarlo mejor. Un psicólogo u otro profesional de salud mental con licencia puede trabajar con usted para desarrollar una variedad de técnicas para cambiar su forma de pensar y su comportamiento.
Cuando hable con un posible terapeuta, dígale que tiene problemas con la ira en los que quiere trabajar y pregúntele sobre su enfoque del manejo de la ira. Asegúrate de que este no sea solo un curso de acción diseñado para “ponerte en contacto con tus sentimientos y expresarlos”, ese puede ser precisamente tu problema. Según el psicólogo, los psicólogos dicen que una persona muy enojada puede acercarse a un rango medio de enojo en aproximadamente 8 a 10 semanas, según las circunstancias y las técnicas utilizadas.