De hecho se puede hacer. Los humanos tienen el hábito de creer algo cuando lo escuchamos una y otra vez. No solo por escuchar, sino por amplias razones para creer.
Daré un ejemplo simple, a mi padre nunca le gustó Kumar Sangakkara (jugador de críquet de Sri Lanka). Cuando tenía la edad suficiente para ver cricket, solía verlo junto con él. Cada vez que ve a Sanga (Sangakkara), siempre dice algo o lo malo acerca de su actitud. Nunca criticó sus habilidades de cricket, es solo su actitud lo que odiaba. He oído sobre esto cada vez y cada vez. Por desgracia, cuando otra persona dice que es una persona buena y tan simple en la tierra, solo puedo recordar las palabras que mi padre dijo y solía pensar que este odio es uno que fue inducido y no es realmente mío.