Desafortunadamente, simplemente no es un incidente. La razón de ese enojo extremo era yo.
- Quien se entregó a la situación me lastimó solo para que no termine lastimando a alguien más.
- Terminar lastimando mi autoestima para mantener el ego falso de otra persona.
- Cuando no estoy a la altura de mis expectativas.
- Cuando me rindo por razones emocionales.
- Cada vez confío en alguien aunque tenga razones para no hacerlo.
- Cuando me quedo en silencio en situaciones en las que debería haberme atrevido a tomar partido, en lugar de alejarme.
- Cuando doy cobardes, guaridas el beneficio de una duda.
Soy yo la raíz, la causa y yo llevo el efecto.