Aquí está la cosa: me gusta la honestidad, la objetividad y la franqueza.
Me gusta que las cosas se den a conocer a la luz.
Me gusta saber de dónde vienen las personas, qué piensan, por qué hacen lo que hacen.
Me gusta que me cuenten cosas directamente y con la menor cantidad de accesorios decorativos posibles.
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No me gusta cuando se cuentan las historias para demostrar un punto, cuando el punto se puede expresar directamente.
¡Y me tomó muchos años dolorosos de mi vida darme cuenta finalmente de que las personas son completamente diferentes!
La mayoría de la gente es MUY privada sobre lo que los mueve.
Son muy privados acerca de sus propias historias personales.
Son MUY privados acerca de por qué son como son.
(¿Alguna vez se preguntó por qué las personas hablan en voz baja? Es para que puedan interactuar mucho con los demás sin tener que revelar nada sobre ellos mismos).
Las personas AMAN los accesorios, las decoraciones y las historias secundarias cuando se les cuenta cosas.
Así que al tratar a las personas como me gusta que me traten, las estaba alejando, sonando invasiva, áspera y pretenciosa.
Entonces, no es que “tratar a los demás como usted quiere que lo traten” está desactualizado. En realidad nunca se aplicó para empezar.