No es el destino, el sesgo de disponibilidad.
Es un capricho cognitivo que se ha demostrado de varias maneras, pero básicamente, funciona de la siguiente manera: si ha estado pensando mucho en algo, es probable que lo note más en su entorno.
Si estás enamorado de alguien, estás pensando mucho en ellos. Si los vislumbras, es probable que te des cuenta de que están ahí, que los noten, de todas las otras personas a las que podrías haber estado prestando atención, porque en ese momento, tu cerebro está conectado para considerar a esa persona. ser particularmente importante.
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