Sí, quedan recuerdos emocionales, personas y eventos.
Pero los recuerdos también pueden activar emociones más negativamente experimentadas, como la ira, la vergüenza, los celos, la envidia, el disgusto o la culpa. Desafortunadamente, esos recuerdos de cosas que preferiríamos olvidar parecen tener mayor intensidad que los agradables.