Me siento como si fuese a llorar. Quiero hablar y abrirme a las personas en mi trabajo, pero no puedo. Algo dentro de mí me está comiendo. ¿Hay algo mal conmigo?
A partir del detalle de la pregunta mencionada anteriormente y sin tener ningún conocimiento profundo sobre su psique, parece probable que se esté sometiendo a una presión inmensa en lo que respecta a la socialización. Está buscando validación externa de varias personas y no puede determinar una fuente constante de comodidad.
- Tenga en cuenta que hay menos de un puñado de personas que satisfacen la mayoría de sus necesidades. Nuestros amigos y conocidos tienen un propósito particular en nuestra vida. Hay un amigo de la película, un amigo de la comida, un amigo de las compras, un amigo de las personas que se juntan y reducen las lágrimas, un amigo de cricket. Luego están los amigos con quienes intercambiamos discursos sobre filosofía, economía, política, sarcasmo, la profundidad de la vida. Aún más cerca están las personas con quienes podemos compartir nuestros sentimientos y problemas y quienes nos entienden. Y luego está la persona especial (para aquellos que creen en ese tipo de cosas) que puede resultar ser una combinación de los tres. Del mismo modo, no todas las personas con las que te relacionas servirán para todos los propósitos. Entra en discusiones con una mente abierta, no con un objetivo prefijado. Asegúrese de que no está tratando de encontrar a esa persona especial en todos, porque eso no es saludable para usted y para las personas que lo rodean.
- Participe en conversaciones como un experimento en lugar de tener expectativas indebidas. Habla sobre temas que te parezcan tolerables. Un consejo excelente es siempre preguntar sobre la otra persona y no comenzar a hablar sobre usted. Dibújalos. Y mantenlos allí.
- No todos se abren fácilmente. Algunas personas tienen un espacio privado e introspectivo muy grande, mientras que otras pueden hacerte sentir como tu mejor amigo en la primera reunión. Está bien tomarse su tiempo. Sin embargo, es mejor examinar la fuente de la que se deriva. ¿Es porque ha llegado a una conclusión inconsciente de que no puede confiar en las personas hasta que ocurran ciertos eventos o porque cree que no es digno del tiempo de otras personas? Lo último no es saludable para ti. Respeta tu propio espacio. No podrás abrirte a todos. No te presiones en ello. Prueba y disfruta de su compañía por el simple hecho de revivir anécdotas y chistes. Si te sientes agotado, retrocede. No te obligues a socializar. Eso será adverso para ti.
- Apertura no es lo mismo que ser amigable. Tengo amigos con los que puedo conversar durante horas y, sin embargo, no tienen ni idea de mi vida personal. Nadie piensa menos de ti. Las personas que están calladas no son odiadas, simplemente parecen recluidas, ocupadas, desinteresadas y, en el peor de los casos, arrogantes. Mucha gente disfruta charlando. Así que no te detengas. Algunos responderán, otros no. No dejes que eso te afecte.
Por último, no hay nada de malo en ti si sientes que no puedes ser tan sociable como otras personas. Algunas personas son naturalmente versadas y enérgicas. Otros lo desarrollan con el tiempo. Muchos caminan por la delgada línea entre ser conversadores hábiles y solitarios y personas orientadas a la acción que hablan menos. Necesitas encontrar tu propia línea delgada.
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