Al igual que con todas las formas de medios de comunicación, las emociones más prominentes son el miedo, la frustración y la ira y sus descendientes fanatismo, odio y amenazas de violencia.
Con el periódico, la radio y la televisión, nos preocupaba el asalto publicitario a nuestros ojos.
Internet ha incrementado el número y la sofisticación de los anuncios.
Hoy las redes sociales y las secciones de comentarios nos exponen al mayor volumen y concentración de vitriolo y mala voluntad que nunca. Constantemente nos atacan y atacan amigos, conocidos y extraños a todas horas del día y de la noche.