Trabajas en ti mismo para ser mejor. Arregla lo que hiciste y resuelve todo de nuevo. Es tan fácil como eso. Y todo comienza con un pequeño paso, confianza y voluntad.
Nada es imposible de arreglar. Nada ni nadie es imposible de cambiar. Gobiernas tu mundo, tu vida y tu entorno. Respire hondo, mire hacia arriba, planifique lo que quiere hacer, comience a hacerlo.
No te rindas, no renuncies. No te sientes y pregúntate qué diablos va a pasar a continuación. No. Levántate y prueba. Si fallas, levántate y vuelve a intentarlo. Si vuelves a fallar, vuelve a subir e intenta nuevamente. Sigue intentando y fallando. Aprecia la oscuridad, vívela y siéntela. Porque si no lo haces, darás por sentado la ligereza.
Nada es imposible. La palabra en sí misma dice “soy posible”.
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