Comparte la felicidad con alguien. La felicidad se duplica. Comparte el dolor con alguien. Mitades del dolor.
Simplemente comunicándonos con una persona triste podemos reducir el dolor drásticamente. Al alentar a uno a abrirse, se puede hacer que caiga aún más. Si eres capaz de ofrecer respuestas que valgan la pena, el dolor también puede superarse.