Claramente, algo cambia entre el primer día y el siguiente. Y es probable que suceda en tu mente. Pero espera un momento:
La pregunta juega confianza contra competencia. Curiosamente, los dos escenarios que propones no son opuestos, ¡ni siquiera están conectados!
- La confianza no requiere competencia
- La incompetencia no coincide con la falta de confianza.
La competencia y la confianza ni siquiera juegan bien juntas: las personas que aprenden una destreza tienden a estar demasiado confiadas, mientras que las personas más experimentadas tienden a ser más cautas. Esto se llama el efecto Dunning-Kruger.
- ¿Por qué estoy teniendo problemas con la masturbación? ¿Lo he intentado todo y parece que no puedo sentir nada más allá de la excitación?
- ¿Mercurio en retrógrado hace que las personas actúen de manera emocional e ignorante?
- ¿Alguna vez has estado en un evento en el que te sentiste realmente incómodo y no querías ir pero de todos modos lo hiciste y terminaste disfrutando?
- ¿Qué haces si incluso las personas más cercanas que tienes en tu vida no pueden entender la soledad que sientes por dentro?
- ¿Es extraño este sentimiento, cuando pierdes el interés en las cosas una vez que las obtienes, aunque las ansías cuando están lejos?
La experiencia del interrogador no es en realidad una montaña rusa, sino un cambio en la percepción de un día para otro. Y es probable que la percepción cambie por sí sola.
¿Qué puedes hacer?
Combinemos competencia y confianza.
- Competencia es habilidad – “¿Estoy haciendo esto bien?”
- La confianza es certeza acerca de su capacidad: “¿Estoy seguro de que estoy haciendo esto bien?”
La clave es enfocarse en algo que no sea competencia o confianza .
Probarlo
Experimente enfocándose en el disfrute: “¿Cuánta diversión me estoy divirtiendo?” Y perderá la percepción de la montaña rusa emocional.
Y es probable que empieces a disfrutar más la vida. ¡Que te diviertas!