Gálatas 3 (KJV)
28 No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
29 Y si sois de Cristo, entonces sois descendientes de Abraham y herederos según la promesa.
No le importa a Dios lo ricos que somos, o en qué parte del mundo nacimos. Él no está preocupado por nuestro género o nuestro linaje ancestral. No hay ciudadanos de segunda clase con Dios. Ningún grupo o nación es favorecida sobre otro. Ningún género, ya sea masculino o femenino, se favorece sobre el otro.
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Lo que más le importa a Él, es que entremos en el reino de los cielos. Él está sufriendo que incluso uno de nosotros esté perdido para él. Él hace que sea fácil llegar al cielo. Todo lo que necesitamos es tener fe genuina en Jesucristo como Hijo de Dios y salvador. Entonces, como creyentes, todos somos hijos de Dios. Somos hermanos y hermanas en Cristo, y herederos de la vida eterna en el cielo.