No es posible olvidar literalmente una experiencia. Todas las experiencias se almacenan en la memoria, algunas permanecen más accesibles (más fácilmente recordadas) que otras. Podemos olvidar temporalmente algo, pero eso es generalmente un lapso temporal en la memoria. Lo que no podemos hacer es simplemente borrar una memoria como si estuviéramos limpiando una pizarra.
La buena noticia es que si realmente hemos perdonado a alguien, nuestra interpretación de lo que ofendió se cambia. Ya no abrigamos enojo, amargura y resentimiento. Tal vez porque hemos recibido una disculpa, se han hecho enmiendas o incluso que llegamos a entender el otro lado, cualquiera sea la razón, nuestra percepción ha sido alterada.
Eso nos permite archivar la experiencia y se vuelve inactiva, sin tener una influencia significativa en nuestro pensamiento.
Para nosotros es una posición muy saludable a la que aspirar.
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