Al no tomarlos en serio.
A veces, las personas irritantes y tóxicas sirven al propósito del “mal necesario” en nuestras vidas.
Hay dos tipos de irritantes:
1. Saben que irritan a los demás y aun así lo hacen. NUNCA deben tomarse en serio, pase lo que pase.
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2. No saben lo que dicen, hacen o se hacen. En lo profundo de su propia miseria, terminan haciendo lo que les parezca tonto. No se deben tomar en serio, excepto cuando expresan la necesidad de ayuda genuina.
Si su compañía es prácticamente inevitable (p. Ej., Son personas mayores de nuestra oficina o compañeros de equipo), se les debe decir por adelantado que son insensiblemente irritantes, con citas detalladas de sus acciones “gloriosas”. No tiene sentido esconder la verdad.
Incluso si no se mueven, tenemos que adoptar una postura, para garantizar que nuestra tranquilidad se mantenga intacta.