Le has dado un estado de Diosa o Demonio en tu cabeza. Ven a tus sentidos y date cuenta de que ella es solo otro ser humano. Y si la encuentras tan bonita que estás abrumada, cuéntaselo. Ella lo encontrará honesto e inocente.
Una cosa simple que puedes hacer es convertirte en testigo cuando esto suceda y mirar la conversación desde la perspectiva de una tercera persona. Una vez que hagas esto y no te identifiques con la mente sin sentido y el cuerpo sudoroso, verás de inmediato lo ridículo y probablemente te reirás. ☺️
Recuerda que cuanto más suprimas, más no podrás hablar porque entonces toda tu atención se centrará en si ella te está juzgando o si tus palabras son agradables para ella. Serás menos natural y más pretencioso, lo que sin duda arruinaría la conversación.
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