La comida es emoción. Hemos evolucionado para amar la comida, ya que nos mantiene vivos y bien. Existe un vínculo muy fuerte entre la comida y el estado de ánimo. Para entender la relación entre los dos, debemos observar la forma en que el cuerpo utiliza los alimentos para la emoción.
Cuando los alimentos se descomponen a través de la digestión y están listos para ser asimilados por los intestinos, los nutrientes fácilmente accesibles se sintetizan en neurotransmisores en el intestino. Los neurotransmisores como la dopamina, el GABA y la serotonina, después de haber sido elaborados a partir de los alimentos que hemos comido, se unen a sus receptores respectivos en el cerebro, lo que provoca un cambio en la química cerebral y, por lo tanto, en el estado de ánimo. La eficiencia con la que su intestino puede sintetizar estos neurotransmisores (varía) a partir de los alimentos que consume puede desempeñar un papel en la determinación del estado de ánimo o las emociones que experimenta en el día a día. Además, el tipo de alimentos que ingiere determinará la eficacia con la que se sintetizan los neurotransmisores. Si regularmente consume alimentos densos en nutrientes, eso es genial, ya que hay una gran cantidad de vitaminas, minerales, enzimas y fitonutrientes en los que están disponibles para síntesis.
El tipo de comida y la calidad de la comida pueden tener un impacto en la sensación de bienestar que experimentamos cuando comemos de cierta manera.
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