Robert Taylor señala correctamente que la conspiración para cometer un delito ya está cubierta.
La telepatía también es bastante real, pero su naturaleza no es la forma en que se presenta en los medios. Es una cosa muy sutil, de baja señal de ruido, sujeta a todo tipo de errores y, por consiguiente, es extremadamente poco confiable en el mundo ordinario. Para todos los asuntos prácticos, cualquier alegación relacionada con fenómenos psíquicos sería imposible de demostrar en un tribunal de justicia, ya que los jueces tienen formularios preimpresos en sus escritorios, especialmente para las personas que testifican que las voces en su cabeza les ordenaron matar. Tales formas tienden a tener frases como “observación de 72 horas” y “centro psiquiátrico” en ellas.