No es fácil evitar emocionarte, especialmente cuando es parte de tu personalidad. Sin embargo, muchas personas todavía ven las emociones como un signo de debilidad. Entonces, lo mejor que puedes hacer es aprender a reaccionar adecuadamente cuando experimentas ciertas emociones. [1]
Por ejemplo, ¿qué haces cuando alguien o algo te enoja? ¿Grita, llora, tira objetos o rompe cosas a su alrededor? Estas son todas las reacciones negativas que deben ser detenidas. Mantener la ira también es una mala idea, ya que en algún momento podría implosionar, lo que podría tener graves consecuencias a largo plazo. Necesitas un mecanismo de afrontamiento. Encuentra alguna forma de deshacerte de esa ira por tu cuenta. Puede ser cualquier cosa, desde golpear una almohada en su oficina hasta tomar clases de boxeo o ir al hacha a tirar todas las noches después del trabajo. Lo mismo es válido para otras emociones también: debe aprender a ajustar su respuesta en situaciones estresantes y encontrar formas de lidiar con sentimientos abrumadores.
Otra cosa que puedes hacer es evitar los disparadores. Si hay un compañero de trabajo molesto que te hace enojar todo el tiempo, trata de evitar su presencia. Si los plazos lo hacen sentir ansioso, haga su horario para terminar el trabajo al menos un día antes. Ser proactivo ayuda en todo tipo de situaciones.
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Si no sabe cuáles son sus factores desencadenantes, o si atraviesa una montaña rusa de emociones cada día, debería tratar de poner sus pensamientos en orden. Lleve un diario y anote cada caso en el que se sintió inusualmente emocional. ¿Qué tipo de emociones sentías? ¿Qué te hizo sentir así? Podrá reconocer sus desencadenantes, por lo que evitarlos será mucho más fácil.
Sin embargo, a veces no depende solo de ti. Toma al toro por sus cuernos y llama a la fuente de tus emociones negativas. Si está siendo acosado o acosado, defienda al perpetrador y quejarse al departamento de recursos humanos. Si tienes un jefe de microgestión que no te deja hacer tu trabajo y te estresa constantemente, habla con honestidad y cuéntales cómo te sientes. A veces no se dan cuenta del impacto de su comportamiento en otras personas.
Por último, también te recomiendo que consideres la terapia. Un terapeuta profesional puede enseñarle mecanismos de afrontamiento saludables. También pueden enseñarte a reconocer los desencadenantes y te empujarán a profundizar más en la fuente de tus emociones. Es posible que se sorprenda, pero a menudo no nos sentimos como nos sentimos debido a las situaciones actuales, sino como resultado de experiencias pasadas. Eso es definitivamente algo que vale la pena explorar.
Notas al pie
[1] Cómo lidiar con las emociones en el lugar de trabajo (Parte 2)