No, en absoluto. Es solo que no puedes controlar tu ira, lo que resulta en tal arrebato. Es solo que tu boca sigue lo que tu cerebro quiere que haga. Es solo que eres muy directo y franco.
Solo tienes que inculcar en tu mente cada minuto que necesites salir de esta enfermedad por el bien de tu relación, porque las palabras una vez habladas no se pueden recuperar. Agredir a alguien especialmente en lugares públicos es muy degradante e insultante. No es tu culpa, es justo que Dios te haya hecho así y necesitas trabajar para solucionarlo.