Si se dijo o se hizo algo que lo enojó, ¿hay algo que se pueda decir o hacer para apagar esa ira y quizás hacerte feliz en su lugar?

Bajo lo que parece ira para mí está el dolor, la tristeza, el dolor y el dolor. Tenía la expectativa de que alguien no podía cumplir. Necesitaba encontrar ese amor de pureza de seguridad cuidando de mí mismo. Necesitaba hacerme más importante que lo que quería de otro. Para satisfacer mis propias necesidades tenía que recibir de Dios. Y sin embargo, una vez que estuve satisfecho, necesitaba que dos lo compartieran con mi amor a través de la acción de cuidar y dar para completar el ciclo. No se puede desactivar la evitación temporal, lo que empeora las cosas hasta que el ciclo se complete. Dios mismo y otro ser humano.

Si todavía tiene un problema con Dios, siempre puede recurrir a la psicología y al establecimiento de límites aprendidos y ver qué tan bien funciona para usted.

Repetir de manera dura te dará satisfacción y una sensación superior en ese momento. Pero luego lo lamentarás seguro.

Si permaneces en silencio y dejas ese lugar sin responder, cualquier cosa podría darle una ventaja psicológica a otra persona en ese momento, pero él lamentará ese momento inmensamente más tarde.

Le has dado un dolor duradero sin palabras. La mayoría de las veces funciona si otra persona no es un psicópata.

Tú controlas tus emociones.

Intenta volver a encuadrar cualquier cosa que te diga que parezca dura Puede elegir enojarse o dejarlo ir y darse cuenta del lado positivo del comentario aparentemente negativo.

No para mí. La ira y la felicidad son emociones opuestas. Soy lento para enojarme y rápido para dejar de estar enojado. Pero nunca estoy feliz después de estar enojada, simplemente ya no estoy enojada y todavía estoy molesta y la felicidad no es realista en ese momento. Pueden pasar unas horas o el día siguiente antes de sentir la felicidad por algo.

No. Gran parte de mi enojo y frustración provienen de nuestra estructura social / industrial actual, y a menos que las personas cambien su sistema, nada lo detendrá.

Es solo una cosa que me enoja, y esa soy yo. Nadie puede decirme nada que me quite la paz interior. Si eso está sucediendo, soy yo quien lo permite. Tenemos que volver a la antigua sabiduría de que somos responsables de nuestra felicidad y de nadie más. Si permitimos que los eventos y las personas nos afecten, nunca seremos felices o tendremos cinco minutos de alegría al día o en una semana.