Compartiré la experiencia de mi vida, tal vez una respuesta esté aquí en algún lugar.
La música es la banda sonora de mi vida. Estoy a mediados de los 40, y hay canciones que están inevitablemente vinculadas a lugares, eventos, olores, y esas nunca desaparecerán.
La línea entre las emociones y la música es muy delgada. Una de las melodías que tiene el efecto más dramático en mi vida es esta:
Fue escrito por el gran Enio Morricone, y parte de una película de la banda sonora de mi tiempo. Para mí, Oboe no es solo una melodía, sino una serie de emociones que me recuerdan un momento específico, mirando el océano al final de un muelle, un tiempo en el que la gravedad del océano era mucho más abrumadora que la de Todos los demás aspectos de mi vida. Superé a Oboe una y otra vez (durante el período de muchos días cara a cara con ese mar acogedor, esa solución que parece infinita para todos mis problemas), pero no puedo escuchar esta canción sin recordar, tan claro como el día, la niebla de Las olas chocan contra el muelle y rocían mi cara.
Esta es la magia de la música. Muchas canciones traen recuerdos felices, y otras tristes.
Con suerte, otros explicarán cómo la combinación de acordes, mayor y menor, en realidad crean una reacción fisiológica en nuestros cerebros, lo que desencadena ciertas reacciones emocionales (al igual que el llanto de un recién nacido ocurre con una frecuencia que hace que nuestros cerebros reaccionen de una manera específica, remanente de nuestros días anteriores, más instintivos, como humanos).
Mis dos centavos.
Todo lo mejor,