Nuestra sociedad nos influye enormemente, determina nuestros valores, normas y metas.
Los niños se sienten libres porque el amor los rodea y esta cobertura los alivia de las preocupaciones; es un sentimiento que a la mayoría de los adultos les falta, pero ahí es donde reside nuestra libertad. La libertad solo puede existir cuando el amor por los demás forma la base de nuestra sociedad.
No hay nada más satisfactorio que el altruismo. El mejor ejemplo de esto es la alegría que los niños traen a sus padres.
Sin el altruismo, una persona nunca puede sentirse libre porque la libertad significa dejar atrás la autoestima y aprender a vivir para los demás. Esta actitud despierta una energía extraordinaria inherente a la naturaleza: el poder del amor.
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Cuando una sociedad que opera de acuerdo con los principios del altruismo comienza a conectar un sentimiento agradable y cálido, se desarrollará entre sus miembros y, finalmente, la gente comenzará a sentir que la característica de dar es en sí misma algo exaltado.
Cualquiera puede aprender a liberarse de las tensiones y presiones que trae la vida. Incluso es posible liberarse de las limitaciones del cuerpo, dejar el “yo” y encontrar la vida en su totalidad. Una persona solo necesita las herramientas adecuadas, que es lo que la sabiduría de la Cabalá ofrece a una persona.
Nueva Vida # 341 – Altruismo: Libertad Real | Laitman.com