Menos útil: los celos.
En el mejor de los casos, es una pequeña molestia, en el peor es un sentimiento tóxico que solo será autodestructivo.
Los celos bloquean nuestra confianza en las personas que amamos; mata la camaradería y nos impide disfrutar de la vida y de nuestros propios logros porque crea la ilusión en nuestra mente de que lo que otra persona tiene es, de alguna manera, mejor.
La vida sería mucho más fácil y mucho más feliz si fuera imposible que nos pusiéramos celosos.
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Nuestra ambición sería dirigida por la mera pasión y no por la competencia malsana que solo se produce por los celos.
Seríamos más cariñosos con los demás porque los cumplidos sinceros reemplazarán los comentarios odiosos provenientes de nuestras propias inseguridades.
Sin celos, sería más fácil para nosotros disfrutar de la vida y ser más pacientes, más productivos, más amorosos.
Más útil: el amor.
La compañía de amigos tan cercanos y tan cariñosos son tu familia elegida.
El apoyo inquebrantable de tu familia actual y el amor incondicional de las personas que te trajeron a este mundo.
La conexión que tienes con otra persona que trasciende toda la lógica y la razón y te da la mayor alegría.
Todos estos aspectos que hacen que la vida sea maravillosa y proporcione felicidad, producida por el amor.