Es un espiritualista y empresario estelar. Su continua popularidad es un tentamento para los miles o quizás millones de personas que ha impactado a través de sus seminarios motivacionales y material mediático.
Lo que encuentro realmente asombroso es la forma en que mantiene a miles de personas en la esclava simultáneamente durante sus seminarios de una semana. Tiene el don de mirar el alma de las personas e identificar las cosas que las retienen después de solo unos momentos de sondear. Y no solo eso; siempre parece encontrar maneras de limpiar interlocutores y causar epifanías. Todo el público parece derivar una considerable intensidad indirecta y elevarse a través de su interacción con un puñado de ellos.
Robbins tiene sus críticos que lo acusan de entregar bromuros, que son superficiales y transitorios. Claramente no es de todos la taza de té. Pero para aquellos que continúa inspirando, motivando y transformando, no hay nadie mejor.
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