Obviamente, no es el único factor; sin embargo, ciertamente puede tener un efecto mucho mayor de lo que incluso las propias mujeres pueden darse cuenta.
Nos atraen física y emocionalmente a otros seres humanos por miles de razones, y la asociación del cerebro con sentimientos de placer intenso temporal puede, sin duda, formar conexiones poderosas que a menudo pueden nublar nuestras respuestas más racionales.