La infidelidad nunca es aceptable, bajo ninguna circunstancia.
La infelicidad es algo muy real que podrías estar experimentando. Sin embargo, tomó la decisión de casarse con esta persona y seguirla “para bien o para mal”. El matrimonio es un vínculo muy sagrado. No puedes romperlo solo porque eres infeliz.
Cuando no está contento, es muy difícil ponerse en la piel de otras personas involucradas en el escenario. Te animo a que intentes hacerlo, a pesar de tus frustraciones. Considera a tus hijos. Imagínese cómo se sentirían, preguntándose por qué sus amigos tenían padres que se quedaron juntos, pero no lo hicieron.
Imagínese lo incómodo que sería para ellos ir a su casa durante su período de custodia y saber que estaban durmiendo bajo el mismo techo que la persona que deconstruyó egoístamente a su familia.
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Imagina cómo será para ellos tener que escuchar a su otro padre, el cónyuge al que estás considerando engañar, llorar a sí mismos por la noche y pasar los días posteriores al divorcio como un zombi.
Si haces esto, les quitarás a ambos padres. Ellos nunca pueden recuperar eso.
Si está considerando la infidelidad, le recomiendo que elimine la fuente (deje de interactuar con su musa) y busque asesoramiento con su cónyuge. Es posible que pueda restaurar lo que una vez tuvo. Por lo menos, tal vez usted pueda establecer las bases para un divorcio amistoso.
Nunca recomiendo el divorcio, pero si es el camino que insistes en elegir, al menos hazlo amigablemente. Considera a tus hijos. Haz lo que sea mejor para ellos.
Sin embargo, recuerde: su matrimonio y su familia son las dos cosas en las que más vale la pena luchar por este mundo. No se limite a tirarlos.