Esto confirma que la felicidad viene de dentro. Es un estado de ser.
Las situaciones surgen debido a nuestros pensamientos, acciones, reacciones, etc. Vivimos en el mundo, que hemos creado para nosotros mismos. Otros vendrán y se irán como actores, en la medida en que deseamos utilizarlos en nuestro plan de acción o en la medida en que tengan que reaccionar a nuestras acciones. La mente está involucrada en todas esas actividades.
En el caso dado, has creado una situación e intentas resolverla a tu favor. Es el camino de la vida.
Más allá de esto, hay un ‘Yo’ que no se ve afectado por ninguna de nuestras acciones. Solo puede ser un testigo de lo que hacemos. Es, en realidad, ni feliz ni triste. La felicidad es un estado de ser. Viene desde el interior. No se deriva de nada de lo que ves afuera. La felicidad que se disfruta con el dinero, los sentidos, etc. son temporales.
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Una vez que tu mente tiene turbulencia, es posible que no la entiendas. Si has silenciado tu mente, disfrutarás esta felicidad. Cualquier cosa que hagamos afuera son funciones que se llevan a cabo como seres humanos con un propósito.