Nunca decidas que nada va a funcionar hasta que lo pruebes y fracases.
Esta es la mayor lección que aprendí de él: enfrentar mis miedos, no ir a la clandestinidad, ¡sino usar mi armadura y mirar directamente a los ojos y luchar con ferocidad! Hasta que yo gane. Él me enseñó que no puedo rendirme así. Él me enseñó a tener batallas, porque solo entonces te harás más fuerte.