Tenía 16 años, cuando me besé por primera vez. Hubo muchos besos, besos y abrazos porque ambos no teníamos ni idea de qué más se podía hacer. Jaja. ¡Tan ingenuo! Pero fue todo un sentimiento. Podía sentirme mojándome. Se sintió tan bien y tan rejuvenecedor.
Ya que era un tabú, se sentía emocionante también. Fue muy emocionante. Fue una buena experiencia, supongo!