Krishna no es en realidad un mito. En la filosofía de Bhakti Yoga, la Verdad Absoluta es conocida como una persona. Su nombre es Krishna, una palabra sánscrita que significa “todo atractivo”.
Krishna es el objeto atractivo del amor de un alma. Todo ser vivo busca el placer. La esencia del placer es el placer del amor. Lo necesitamos. Sin amar a alguien y ser amado por alguien, la vida es muy vacía y superficial. El origen de ese amor es el amor del alma por Dios y el amor de Dios por el alma. Nos atrae alguien que es hermoso, alguien que es poderoso, alguien que es aprendido, alguien que es famoso, alguien al que se renuncia, alguien que tiene riqueza. Estas son las opulencias que atraen nuestro corazón. El nombre Krishna significa, posee todas las opulencias en su totalidad. Él es la fuente de toda belleza, toda fuerza, todo conocimiento, toda riqueza, toda fama y toda renuncia. Y el amor de Krishna por el alma es ilimitado e incondicional. Esto es Krishna. Él es nuestro padre eterno, nuestra madre eterna, nuestro amigo eterno, nuestro amante eterno.
Pudimos sentir a Krishna a través del camino del bhakti. Bhakti es el proceso que Dios nos ha dado a través del cual podemos sentirlo las 24 horas del día. Krishna está dentro de nuestros corazones. Krishna está dentro del corazón de cada ser viviente. Krishna está dentro de cada átomo y entre los átomos a través de sus diversas energías. Pero en última instancia, la fuente de todo es esa persona divina, toda persona poderosa, toda amante y atractiva con la que anhelamos eternamente estar reunidos. Bhakti Yoga significa reunirse con nuestra fuente, con Dios, a través de actos de devoción: recordando sobre él, cantando sus nombres y sus glorias, orándole, adorando a la deidad, prestándole servicio a él, a sus devotos ya todos los seres vivos. Estas son formas por las cuales siempre podríamos sentir la presencia de Dios.
Unirse con él significa servirle y disfrutar de su compañía eternamente. Cuando nos volvamos a unir con él, estaremos en nuestra posición original.