¿Hay un llamado ‘Punto de no retorno’ cuando se trata de llorar?

Sí, pasa conmigo también. Cuando estoy demasiado cargada con mis emociones, mis ojos están llenos de lágrimas. Pero no lo demuestro, ni siquiera cuando no hay nadie. Entonces lloro mucho en mi soledad. Pero no creo que sea un punto de no retorno. Acepto que al llorar, tendemos a aceptar lo peor de las situaciones. Pero las lágrimas caen cuando algo nos pica. Entonces, después de llorar, siempre me propongo optar por uno de los siguientes:
1) hacer que la situación sea lo suficientemente favorable para que nunca resulte dañada en el futuro.
2) Dale la espalda a ella. No importa lo que haga o se haga la situación, no me importará.
3) Acéptalo y sigue esperando que algún día salga bien.
El último se opta cuando no puedo dar la espalda a esa persona e incluso no puedo persuadir a la persona para que no vuelva a lastimarme.

Mi opinión personal sobre el llanto emocional es que es un acto de aceptar una situación por lo que es, para bien o para mal. Representa una etapa final del proceso de aflicción y la capacidad de cerrar esa puerta. La aceptación de aquello que lo afligió puede llevarlo a buscar opciones o ideales más productivos. Por lo tanto, diría que el aspecto de llanto de la situación no es realmente el punto, es el punto en el camino hacia el cierre.