El miedo corta más profundo que las espadas. Solo hay una cosa que hace que un sueño sea imposible de lograr; El miedo al fracaso.
Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados. Nuestro temor más profundo es que somos poderosos más allá de toda medida. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad lo que más nos asusta. Nos preguntamos: “¿Quién soy yo para ser brillante, hermosa, talentosa, fabulosa?” En realidad, ¿quién eres para no ser? Eres un hijo de Dios. Tu pequeñez no le sirve al mundo. No hay nada iluminado en encogerse para que otras personas no se sientan inseguras a tu alrededor. Todos estamos destinados a brillar, como hacen los niños. Nacimos para manifestar la gloria de Dios que está dentro de nosotros. No es solo en algunos de nosotros; está en todos Y cuando dejamos que nuestra propia luz brille, inconscientemente damos permiso a otras personas para hacer lo mismo. Cuando nos liberamos de nuestro propio miedo, nuestra presencia automáticamente libera a los demás.
¡Gracias!