¿La mayoría de los empresarios tienen una bóveda secreta de la que nunca le cuentan a nadie?

Sí. Tenemos una bóveda de tenacidad, impulso, sentido de propósito y agallas necesarias para salir de las garras de lo mundano, aburrido y “así es como siempre se ha hecho”.

No vemos la pobreza como falta de dinero. Vemos la pobreza como una falta de voluntad para resolver el maldito problema.

No pasan tiempo en las redes sociales. Ellos saben el valor del tiempo.