Una parte fundamental de un enfoque sólido es el contacto visual. Esto es especialmente importante porque los ojos no son solo las ventanas del alma, sino también una de las herramientas más esenciales que poseemos para conectarnos y comunicarnos con otra persona.
Desafortunadamente, muchos de nosotros tendemos a errar en el lado del extremo en lo que concierne al contacto con los ojos, ya sea mirando hacia otro lado con nerviosismo o, peor aún, mirando demasiado fuerte e intensamente durante una conversación. (Esto puede tener la angustiosa consecuencia de hacer que los observadores se preocupen por su propia seguridad, o quizás por nuestra salud mental.)
A medida que observamos más de cerca lo esencial de un contacto visual exitoso, encontramos que el punto medio entre estos dos extremos es más fácil de detectar de lo que nos hemos dado cuenta:
1. Siempre queremos comenzar un intercambio con contacto visual. Esto se debe a que nuestra mirada es uno de los medios de comunicación más efectivos.
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2. Una vez que se establece una conexión, sin embargo, realmente queremos interrumpir el contacto visual y girar la cabeza ligeramente hacia los lados. Esto no solo hace que nuestros oídos se acerquen más a las personas con quienes estamos hablando y les permite saber que estamos escuchando con atención, sino que también nos permite pensar más sobre lo que dicen.
3. Cuando interrumpimos el contacto visual, es importante mantener el nivel de nuestra mirada para indicar nuestro interés continuo en la conversación.
Una conversación atractiva incluye un buen ritmo fácil de mantener y romper el contacto visual. Cuanto más miremos y nos detengamos, menos podremos hablar. ¡Así que asegúrese de que el contacto visual sea una parte retráctil de su tren de aterrizaje!