En general debes seguir tus propias ideas. Eres responsable de ti mismo (¡si eres un adulto!) Y si sale mal, solo puedes culparte a ti mismo.
El truco de una buena crianza es convencer a sus hijos o quedarse con ellos. Puede ser que tus padres también apoyen tu decisión. ¡Pregúntales abiertamente! Podría ser una sorpresa para ti.