Mi abuela falleció hace tres años. No pensé mucho en eso en aquel entonces porque sabía que ella fallecería un par de meses antes de que sucediera. Estaba preparado mentalmente
No lloré cuando ella falleció. Sin embargo, cada vez que pienso en ella ahora, lloro un poco.
A medida que envejezco, comienzo a darme cuenta de la suerte que tuve al tenerla. Actualmente, daría cualquier cosa por poder pasar tiempo con ella una vez más. A medida que pasa el tiempo, experimento más eventos negativos (problemas de relaciones, pérdida de mi trabajo, problemas en la universidad, etc.). Al vivir estas experiencias, siento envidia del pasado cuando estaba feliz con mi abuela. Con el paso del tiempo, comienzo a extrañar esos días felices y a mi abuela.