¿Por qué en la sociedad moderna amamos mucho menos?

¡Porque nos estamos volviendo muy posesivos y demasiado competitivos! Estamos trabajando más duro porque queremos más conocimiento, más sofisticación, más lujo. Las casas se han ensanchado y los corazones se han estrechado. Queremos que solo nuestros hijos sobresalgan. Queremos un auto más grande, una casa más grande, un teléfono más costoso que la siguiente persona. Con esta competencia y posesividad, no podemos amar. Amar es dar y recibir. Todos estamos tan empeñados en recibir que nos olvidamos de dar. No hay más tráfico de dos vías. Todos buscan a alguien que será un donante perpetuo.