Los niños discuten mucho. Sin embargo, si les enseñas con amor, entonces los argumentos disminuirán. Estos argumentos son el resultado de tus propios errores. Ellos discuten contigo porque simplemente no pueden olvidar todas las veces que los has intimidado. Por eso discuten. Ni un solo niño discute conmigo porque les hablo con amor verdadero. Mi voz no tiene un tono de autoridad o un rastro de ego. Si hablas con un niño, no debería haber ningún indicio de autoridad en él.
Solo háblale con amor y cariño.
Un niño sabe que lo amas. Pero ese tipo de amor no vale nada porque en el momento en que le dices algo, usas tu autoridad como recaudador de impuestos: ‘Haz eso, no tienes sentido, esto y lo otro, etc.’ ¿No hablas de esta manera? El mundo siempre mejorará con amor. No hay otra solución para ello. Si fuera posible cambiar las cosas a través del miedo, la represión y la intimidación, habría un fin a la democracia en el gobierno y tendríamos regímenes totalitarios que encarcelarían a los seres humanos e incluso los colgarían.
¿Y si todavía no mejora?
Todavía tienes que seguir observando lo que sucede incluso si él se está dirigiendo en la dirección equivocada. Debes orar a Dios para que le conceda su compasión. Entiende que todo es relativo y por lo tanto permanece desapegado. Usted lleva a un bebé durante nueve meses y, cuando nace, debe ayudarlo a caminar y moverse. Solo debes hacer esto cuando son jóvenes, después de eso, debes dejarlo ir. ¿Las vacas no dejan ir a sus crías? Debe guiar y corregir a su hijo hasta la edad de cinco años, después de eso no podrá corregirlo. Y después de los veinte años, su esposa estará allí para mejorarlo. No tienes que hacer eso.