Cómo superar mi tristeza y culpa por el hecho de que mi hija es una prostituta

Un joven de diecinueve años no ha alcanzado la madurez y ciertamente no es tu culpa que ella haya elegido este camino de vida. Tampoco debes sentirte culpable. Tú no “hiciste” que ella hiciera estas cosas.

Podría ser útil si pudiera obtener algún tipo de asesoramiento; de lo contrario, pasará el resto de su vida siendo miserable y su hija ni siquiera lo sabrá. Si asistes a la iglesia, un pastor es alguien a quien puedes recurrir. También deberías estar orando por tu hija. Pídale a Dios que interceda e interrumpa este peligroso camino que ella ha elegido.

Finalmente, recuerda que 19 es joven. Ella todavía tiene mucho que crecer. En algún momento se dará cuenta de que esta no es la vida que realmente quería, y que volverá a ti con un desastre roto. Tu trabajo será volver a unirla con amor incondicional y perdón. Tienes un propósito. Esté preparado para ello.

Tiendo a estar de acuerdo con un comentario hecho por Ric Reveno hecho:

. . . No hay nada malo en ello. Es su elección. En muchos países es un trabajo respetable. Muchas prostitutas también son grandes curanderas. Escuchan las historias de hombres tristes y los ayudan en sus tiempos difíciles. . .

El hecho de que ella solo tenga 19 años de edad es y sería difícil de enfrentar también. Si me pusieran en tus zapatos, entonces haría lo siguiente:

¿Sabes cómo había terminado eligiendo esta línea de trabajo en primer lugar? Presión de los compañeros, aislamiento, algo en su pasado, etc., podría haber innumerables escenarios. Hable con un consejero, pero con alguien que se ocupa de niñas (o hombres) que trabajan en este tipo de industria de manera profesional (o regular) o que ha estado en este tipo de industria ellos mismos serían los que “saben”.

Luego, si descubre el problema subyacente real (o es simplemente algo que ella quería probar por cualquier motivo), busque más terapia si es necesario.

No hay nada malo en ello. Es su elección. En muchos países es un trabajo respetable. Muchas prostitutas también son grandes curanderas. Escuchan las historias de hombres tristes y los ayudan en sus tiempos difíciles.

¿Encuentra su hija la felicidad en sus esfuerzos? Debe reconocer que no tiene la culpa de las preferencias.