Tuve una infancia difícil, y cuando me convertí en adulto, me encontré en situaciones en las que surgían preguntas sobre mi pasado, pero me avergonzaba y no quería que me juzgaran o me desagradaran. Solo revelaría generalizaciones y retendré mucho de ello. Esta falta de confianza en sí mismo y autoestima, duró casi todos mis 20 años, hasta aproximadamente 26 o 27. Alrededor de este tiempo, ya sea por elección o por madurez, decidí ser completamente honesto. Al principio fue extremadamente difícil, pero comenzó a llegar a ser más y más natural. En mis 30 años comencé a ver a un terapeuta y psiquiatra, cuando me diagnosticaron esquizoafectivo, DBP, ansiedad y trastorno de estrés postraumático (TEPT) (de un trauma infantil). Mientras estaba en terapia, aprendí a ser más confiado y asertivo, y cuándo y cómo explicar mi pasado. No ofrezco detalles de mis errores de infancia y de adultos tempranos, pero si me preguntan o la situación requiere una respuesta para hacer un punto.
Lo que puedo decir en conclusión es que usted es el único que puede divulgar su historia. No creas que debes renunciar a tu historia por ningún motivo.