“Ella se calma rápidamente sin ser sobornada” es la parte más importante allí. El hecho de que su hijo pueda calmarse con relativa rapidez sin necesidad de una recompensa externa es una prueba de que está desarrollando su propia regulación emocional. Todos se enojan a diario, pero la mayoría de los adultos saben que no deben lloriquear al respecto. Los niños no siempre tienen ese control inmediato todavía, pero el hecho de que ella sea capaz de regularlo es un indicador fabuloso.
Un niño con problemas de regulación emocional no podrá calmarse en un período de tiempo aceptable. Ellos no saben las habilidades adecuadas para hacer frente. Estos son los niños que se volverán azules hasta que se desmayen en la alfombra o hagan daño a la propiedad hasta que estén físicamente sujetos. No suena como si este fuera el caso de su hijo.