Está bien preguntar, pero no te enojes si la respuesta es no. Si me pides que mienta por ti, es probable que no lo haga.
Quiero decir, si dices, “oye, dile a tu madre que me encantó la tarta de cerezas que me envió. La verdad es que no pude comerlo porque tomo medicamentos que me marean cuando como pastel, pero a mi esposo realmente le gustó. Si ella envía otro, lo devoraré seguro.
En ese caso, nadie está siendo dañado por la mentira, pero la verdad tampoco es horrible. No hay necesidad de decir una mentira. Podría responder que a mamá no le importará que su marido se lo haya comido. Solo le diré eso y todo está bien.
Es mucho más fácil recordar la verdad que recordar qué mentira le contaste a cada persona. Y piensa en esto: si alguien acepta fácilmente mentir por ti, ¿podrías confiar en que siempre te están diciendo la verdad?
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Muchas personas les piden a los demás que mientan por ellos cuando es algo de mayor importancia, y la persona que dice la mentira se está arriesgando. Como proporcionar una coartada a la policía o decirle al jefe que ambos estaban trabajando al mismo tiempo. Si alguien pregunta por eso, no solo le pide a alguien que diga algo, sino que les pide que pongan en riesgo su trabajo o su libertad. Y eso es mucho pedir.