Sí, se llama el efecto halo. Es un sesgo cognitivo en la comunicación y la psicología que se supone que las personas que se consideran atractivas son más amables, más inteligentes y más honestas que las que no lo son. Este efecto solo es válido durante un tiempo límite hasta que las acciones de la persona comienzan a hablar por sí mismas.
Es la razón por la que muchas campañas de marketing (y en ocasiones políticas) usan personas atractivas. Es una forma de utilizar el tiempo y la competencia limitados para crear una relación imaginaria.