En mi situación, supongo que el hijo tiene más de 18 años y este “amigo” lo ha conocido cuando era un niño.
- Le haría saber que no hay nada de malo en encontrar a una persona atractiva o disfrutar de su compañía, pero esa amistad sería más apropiada en función de la diferencia de edad.
- Además, mi amiga se parecería más a una tía con un rol de cuidadora que a una posibilidad potencial de citas. Me preocuparía por la salud emocional de mi hijo y el tipo de límites que establecí con él, conmigo mismo y con mis amigos.
- Luego me preocuparía por los límites que mi amigo estaba estableciendo con mi hijo y ya que mi trabajo es mantener a mi hijo seguro y amado. Si descubriera que mi amigo estaba actuando de manera inapropiada, ese amigo sería abandonado como un mal hábito.